¿Por qué tantos hombres evitan ir al médico?

No es ningún secreto que la mayoría de los hombres evitan al médico a toda costa. ¿Por qué? Quizá porque creen que no realmente necesitan ir, o quizá se sienten un poco avergonzados por la naturaleza de sus problemas de salud. Tal vez sea una cuestión económica o de falta de tiempo.

Sea como fuere, una cosa es cierta: descuidar las revisiones periódicas y los reconocimientos médicos rutinarios puede tener graves repercusiones a largo plazo para los hombres.

¿Qué nos dicen las estadísticas?

Hay muchas pruebas que apoyan la teoría de que la mayoría de los hombres evitan activamente ir al médico. De hecho, existen numerosas organizaciones y campañas cuyo único objetivo es animar a los hombres a buscar la atención sanitaria que necesitan.

Uno de estos movimientos es la campaña «campaña «Menciónaloque lleva cuatro años organizando la Clínica Cleveland. Esta campaña existe para animar a los hombres a hablar de sus problemas de salud, y una de las formas más impactantes de hacerlo es mediante la realización de estudios de casos con la intención de arrojar luz sobre la magnitud de este problema.

He aquí algunas de las sorprendentes estadísticas reveladas por la Clínica Cleveland:

  • Casi el 72% de los hombres afirmaron que preferirían estar haciendo tareas domésticas, como limpiar retretes, que ir al médico.
  • El 65% de los hombres afirma que evita ir al médico el mayor tiempo posible.
  • Sólo 3 de cada 5 hombres van al médico para una revisión rutinaria.
  • Sólo el 12% dijo que acudiría primero a un médico si tuviera un problema de salud
  • El 37% de los hombres dijeron que habían ocultado información a sus médicos en el pasado, concretamente porque no estaban preparados para enfrentarse al posible diagnóstico que podría resultar si decían la verdad.

Estas estadísticas son desgarradoras cuando te das cuenta de cuántos hombres podrían estar recibiendo la atención que necesitan y no lo hacen por vergüenza, terquedad, miedo o expectativas sociales erróneas.

Cuidar tu cuerpo no es egoísta

De lo que muchos de estos hombres no parecen darse cuenta es de que su salud repercute no sólo en ellos mismos, sino también en quienes les rodean. Y descuidar el cuidado de su cuerpo no sólo acortará su esperanza de vida, sino que hará que vivir el día a día sea innecesariamente incómodo.

Una vez conocí a un hombre con una cardiopatía congénita que esperó demasiado para ir al médico porque no sentía que realmente necesitaba. Pero todo cambió un día en que sufrió un infarto fulminante mientras reparaba el tejado de su vecino.

Si hubiera sido proactivo con su atención sanitaria, probablemente nunca habría acabado en una situación tan aterradora: la proactividad podría haberle salvado la vida.

Hombres: evitar la atención sanitaria necesaria y omitir la verdad a tu médico pone en peligro tu vida. ¿Y en beneficio de qué?

Para muchos, esto es mucho más que un problema personal: es un problema social formado por estigmas erróneos sobre cómo deben comportarse los hombres. Y no es sólo un problema del siglo XXI: ¡los hombres han evitado activamente a los médicos durante siglos!

Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo podemos ayudar a los hombres a recibir la atención que necesitan sin que se sientan culpables, temerosos, molestos o avergonzados?

Para responder eficazmente a estas preguntas, primero debemos tener un conocimiento más profundo de la psicología que subyace a la evitación de la asistencia sanitaria. Y uno de los mejores puntos de partida es responder a esta pregunta: por qué ¿los hombres evitan ir al médico?

¿Por qué los hombres evitan ir al médico?

Los hombres evitan a sus médicos por diversas razones, que van desde la agitación emocional a las limitaciones económicas. Veamos con más detalle algunas de las excusas más frecuentes.

Razón nº 1 – Miedo a lo desconocido

Algunos hombres son reacios a buscar ayuda médica porque temen lo desconocido, una respuesta natural para la mayoría de las personas. Todos queremos sentir que controlamos nuestras vidas, y no saber qué afecciones o problemas médicos podemos tener o no, o no estar seguros del plan de tratamiento y el pronóstico, puede hacernos sentir indefensos.

La Dra. Tisha Rowe, fundadora de la red de telemedicina RoweDocs, lo reitera diciendo: «Como médico de atención primaria, creo que la razón número uno por la que los hombres evitan ir al médico es el miedo… les preocupa un mal diagnóstico o un mal resultado».

Para muchos chicos, aquí también entra en juego un elemento añadido de vulnerabilidad. A los hombres se les suele enseñar desde pequeños que se espera de ellos que sean fuertes y autosuficientes; no encaja en las estrictas expectativas de género de la sociedad que acepten ayuda o admitan debilidad.

En consecuencia, estos hombres pueden ver la visita al médico como una prueba de que son incapaces de cuidar de sí mismos o de mantener el control sobre su salud, lo que puede resultar aterrador y abrumador. Este miedo a la vulnerabilidad puede ser especialmente paralizante cuando se trata de preocupaciones más personales como próstata agrandada.

Razón nº 2 – Limitaciones de tiempo

Admitámoslo: ¡la vida se vuelve ajetreada! Y, a menudo, esta sensación de ajetreo obstaculiza nuestra capacidad para dar prioridad a la salud. Entre los compromisos laborales y las responsabilidades familiares, encontrar tiempo para las citas con el médico puede ser un verdadero reto; y además, ¿merece realmente la pena «molestar» a tu médico con un problema que «probablemente pueda esperar a otro día»?

Pero descuidar tu salud pasa una factura importante a largo plazo, al permitir que persistan problemas que probablemente podrían haberse evitado si se hubieran detectado a tiempo. En lugar de ello, damos prioridad a las cosas que parecen más urgentes, como el trabajo, en vez de a nuestra salud.

La solución consiste en encontrar un equilibrio saludable entre trabajo y salud, de modo que puedas evitar sobrecargar tu cuerpo y poner en peligro tu vida.

Como dijo una vez el famoso autor y orador motivacional Jim Rohn dijo una vez«Cuida de tu cuerpo. Es el único lugar donde tienes que vivir».

Razón nº 3 – Vergüenza

Otros hombres pueden sentirse avergonzados de hablar abiertamente de sus preocupaciones con un médico que les mira en silencio mientras explican su problema, sobre todo si sus problemas son profundamente personales.

Es propio de la naturaleza humana sentirse avergonzado por cosas que están fuera de nuestro control, pero (como hemos aprendido) ignorar los síntomas por vergüenza o pudor puede causar graves problemas a largo plazo. Por tanto, es esencial que prestes a tus síntomas la atención que merecen, permitiendo que tu médico haga lo que mejor sabe hacer: ¡ayudar!

Razón nº 4 – Evitar procedimientos incómodos o dolorosos

Nadie quiere experimentar dolor o incomodidad, ¡sobre todo en la consulta del médico! Pero las experiencias incómodas son una parte esencial de la vida, y un riesgo necesario que debemos asumir para ser la mejor versión posible de nosotros mismos, físicamente y en otros aspectos.

Aunque puede resultar tentador ignorar un problema médico para evitar las molestias que podría conllevar el tratamiento, ignorar por completo el problema puede tener graves consecuencias.

Sí, ir al médico puede significar que te pinchen con una aguja o que te pongan una bata de hospital poco favorecedora. Pero si estas molestias temporales pueden salvarte o mejorar tu vida, merece la pena correr el riesgo.

Razón nº 5 – Expectativas sociales

La sociedad suele alabar a los hombres por su estoicismo, tenacidad y resistencia, que son cualidades estupendas. Pero las expectativas sociales sobre cómo debe sentirse o comportarse un hombre no tienen cabida en la asistencia sanitaria, y utilizar estas cualidades, por lo demás asombrosas, para evitar ir al médico, al final no beneficia a nadie.

Es fácil que algunos hombres interpreten erróneamente estas expectativas en el sentido de que deben «aguantar» sus problemas y no buscar atención médica a menos que sea absolutamente necesario. Pero la mejor forma de «ser realmente un hombre ?« F es afrontandoaccionar tus problemas de frente y hablar de tu salud.

Entonces, ¿cuál es la solución?

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de trabajar juntos para cambiar la perspectiva que muchos hombres tienen de la asistencia sanitaria? Hay distintas opiniones sobre la mejor forma de abordar este cambio, desde las tácticas de marketing hasta los esfuerzos de inclusión, pero quizá el mejor enfoque sea triple:

  1. Cambiar las expectativas sociales sobre los hombres
  2. Educar a los hombres sobre los problemas de salud comunes y cuándo buscar ayuda
  3. Opciones de tratamiento mínimamente invasivas

Abordar las cuestiones de este modo nos permite tratar tanto las preocupaciones mentales, emocionales y físicas a las que se enfrentan muchos hombres cuando piensan en ir al médico.

Cambiar las expectativas sociales sobre los hombres

En el fondo, este problema tiene su origen en unas expectativas sociales y unas normas de género erróneas que se han impuesto a los hombres durante siglos. Desgraciadamente, muchos hombres han sido condicionados a considerar la búsqueda de atención médica como un signo de debilidad o vulnerabilidad, y si parecen débiles o vulnerables de algún modo, pueden ser percibidos como menos masculinos.

Esto crea una mentalidad malsana entre muchos hombres y niños de que ir al médico rebaja de algún modo su estatus en la sociedad, ¡lo cual no es cierto!

Entonces, ¿cómo solucionamos esto?

El primer paso es acabar con el estigma normalizando la idea de que los hombres vayan al médico de forma rutinaria. Tenemos que hacer de la atención sanitaria masculina un tema de conversación en nuestros hogares, lugares de trabajo, grupos sociales, sistemas escolares, etc.

Necesitamos más personas (incluidas las que ocupan cargos de autoridad) que animen a los hombres no sólo a acudir al médico cuando sea necesario, sino también a educarles activamente sobre la atención sanitaria preventiva y a crear conciencia de por qué estas visitas son importantes, en lugar de limitarse a ser vistos cuando ya ha ocurrido algo malo.

Además, disponer de más profesionales sanitarios masculinos podría dar a algunos hombres la confianza que necesitan para sentirse más cómodos visitando a un médico. Crear un ambiente acogedor puede ayudar a aliviar las aprensiones de los pacientes que se identifican con la identidad de género de sus proveedores.

Por último, es esencial que abordemos las barreras físicas existentes, como el coste y la accesibilidad, cuando hablemos de soluciones a este problema, para que se pongan en marcha acciones que permitan a todos acceder a los servicios sanitarios que necesitan.

Educar a los hombres sobre los problemas de salud comunes y cuándo buscar ayuda

Educar a los hombres sobre los problemas de salud más comunes es otro enfoque vital. Esto debería empezar a una edad temprana, para que los chicos empiecen a comprender lo importante que es visitar al médico con regularidad a medida que crecen.

Asegurarse de que los chicos son conscientes de las diversas afecciones con las que pueden encontrarse cuando sean adultos les dará la confianza que necesitan para hacer esas visitas en el futuro, ¡algo que, en última instancia, puede salvar vidas!

Y la falta de educación que la mayoría de los hombres tienen en torno a la atención sanitaria es alarmante; de hecho, otra encuesta de la Clínica Cleveland reveló que una gran mayoría de hombres (de diversos grupos de edad) no saben la edad adecuada para someterse a pruebas de detección de distintas enfermedades.

Al hablar de educación, también es importante que los educadores -tanto dentro como fuera del entorno escolar- informen a los chicos sobre cuándo exactamente deben buscar atención médica. Si hay determinados signos o síntomas que podrían sugerir la necesidad de atención médica, hay que comunicarlos claramente.

Fomentar el diálogo abierto entre los profesionales sanitarios masculinos y los pacientes podría contribuir en gran medida a eliminar los estigmas que rodean a la visita al médico, haciendo así que más hombres se sientan cómodos buscando el tratamiento médico necesario antes y no más tarde en la vida.

Opciones de tratamiento mínimamente invasivas

Por último, una de las mejores formas de combatir este problema es ofrecer tratamientos y procedimientos mínimamente invasivos siempre que sea posible, para que a los hombres no les resulte tan intimidatorio acudir al médico.

Cada vez son más los médicos que remiten a sus pacientes varones a un radiólogo intervencionista (como ECCO Medical) para que les atienda, especialmente cuando se trata de tratar problemas personales más complejos como varicocele.

Con la radiología intervencionista, muchos de estos problemas comunes en los hombres pueden tratarse de forma ambulatoria, lo que se traduce en tiempos de recuperación más cortos con menos molestias en comparación con la cirugía tradicional. La discreción también es una ventaja añadida: si no tienes que ausentarte del trabajo para la intervención, no tendrás que explicar por qué la necesitas.

Si combinamos todas estas tácticas, podemos crear un entorno en el que buscar atención médica se convierta en algo natural, independientemente del sexo, lo que nos permitirá a todos acceder a los tratamientos preventivos que tanto necesitamos sin miedo ni vergüenza.

En conclusión

Los estigmas que rodean a la atención sanitaria masculina son desalentadores, pero no imposibles de vencer. Trabajando juntos, los profesionales sanitarios pueden ofrecer a sus pacientes masculinos un acceso asequible y sin dolor a la atención que necesitan, y sin juicios indebidos ni vergüenza.

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